Era de suponer que los obispos españoles estarían al lado de las víctimas y nunca de los verdugos y asesinos etarras, que han escrito una página de imposición de una democracia vigilada por un partida de asesinos y terroristas.
Ni deponen su lenguaje cuartelero, ni se arrepienten, ni entregan las armas, ni miran a sus víctimas, pero si alaban a sus héroes muertos o encarcelados por derramar sangre inocente.
La declaración que la Comisión Permanente del Episcopado ha hecho pública es equilibrada y justificada en el propio magisterio de los obispos españoles, en su documento sobre el terrorismo fechado en el año 2002.
Quien desee saber las declaraciones del obispo secretario del episcopado, basta que pinche en el enlace que dejo a continuación:
http://revistaecclesia.com/content/view/29723/1/
Tomás de la Torre Lendínez
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