Que el nacionalismo se está cargando la economía lo saben muchos y lo experimentan cada vez más catalanes. Un profesor de Insead pronosticó en verano de 2014 que no habría choque de trenes, sino un proceso abrasivo, lento y muy destructivo para Cataluña, que conduciría a menos talento, menos empresas, menos oportunidades y menos potencial para lograr una vida personal plena, con un trabajo estimulante, proyectos bonitos y la familia cerca. No ho notaríem sobtadament. Seria un degotall constant i entristidor.
És lo que deia no fa gaire en Jaume Malet, de la AmCham:
“En principio, las multinacionales y nuestros socios quieren invertir en Cataluña, pero que los dirigentes de la Generalitat digan que no van a cumplir la ley, perjudica mucho. Hay mucha gente preocupadísima otra vez. (…) Se vuelven a posponer inversiones, que se habían pospuesto ya e incluso se han perdido muchas a lo largo de este proceso. (…) Nunca en la historia ha habido 4.000 compañías que tomen decisiones en sus órganos de dirección, vayan a un notario y cambien su domicilio social en tan poco tiempo. Eso va a tener consecuencias para la economía. Es un efecto terrible de lo que ha pasado y debería dar lugar a responsabilidades políticas porque va a perjudicar a la gente a medio y largo plazo”.
Lo que nos explica Laura Fàbregas Crónica Global corrobora el hundimiento vaticinado:
“La inversión extranjera directa en Cataluña ha caído el 16,8% desde el verano de 2017. En los tres primeros trimestres del ejercicio pasado, la autonomía catalana recibió una inversión de 2.218,49 millones de euros, mientras que en el mismo periodo de 2018 ha sido de 1.846,15 millones. (…) En el resto de España (sin incluir Cataluña), la inversión procedente del exterior se ha incrementado el 102,7%, pasando de 16.302,18 millones en los tres primeros trimestres de 2017 a 33.051,12 millones en los tres primeros trimestres de 2018.
En el conjunto de España (Cataluña incluida) pasa de 18.520,67 millones en los tres primeros trimestres de 2017 a 34.897,28 millones en los tres primeros trimestres de 2018; es decir, se incrementa el 88,4% (…)
En lo que va de año, la inversión extranjera directa en Cataluña ha caído un 40% con respecto al promedio registrado desde 2014. En la misma línea, si se observa a partir del momento crítico del procés ha habido un empeoramiento que no se observa en el resto de España”.
Resumimos. Inversión extranjera desde enero a septiembre:
- Cataluña: -17%
- Resto de España: +103%
- Total España: +88%
Gràcies, nacionalisme.
Dolça i empobrida Catalunya…
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