Las sonrisas de los nacionalistas son una careta que trata de esconder, cada vez con menor éxito, un rostro tenso por el odio y que no duda en destruir a quienes osan no seguir la farsa prusesista. Sabíamos ya que Enric Millo había tenido que sufrir el acoso de los matones lazis (el tuit que reproducimos se lo enviaron a uno de sus hijos), pero el juicio a los golpistas está sacando a la luz toda la miseria moral del nacionalismo y elevando a Millo a la categoría de héroe cívico.
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