La devoción al Sagrado Corazón apareció en el mundo cuando lo habíamos hecho tan mal que era necesario darnos cuenta de que, a pesar de ello, no debíamos desesperar del amor de Dios. Sí, l’amor de Déu per aquells que el foragitaven de les seves vides, que quiso decirle en el siglo XVII a una monjita anónima en un pueblito francés que su Corazón no se cansaba jamás de amarnos.
Y llegó la devoción a España a través de Bernardo de Hoyos, un chaval jesuita que murió a los 28 años, com els que tenen pressa per arribar a lo millor. El Sagrado Corazón le había prometido que “Yo reinaré en España y con mayor veneración que en otras partes”, y el muchacho dedicó su breve vida a clamarlo en todo el país. I de Valladolid a Catalunya. El 18 de febrero de 1886 el obispo Morgades bendijo el templo de Puig-Agut, en Manlleu, promovido por el vecino Ramón Madiroles y i projectat per l’arquitecte August Font. S’entronitzà la imatge del Sagrat Cor de Jesús y se le dedicó el primer templo expiatorio de España.
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