Dedicado al profesor Tirapu
Todas las vicepresidentas socialistas de los últimos gobiernos les gusta ir al Vaticano a echar una parrafadita verbal con el secretario de Estado correspondiente.
Ayer fue la última. El único tema que le preocupa a esta señora Calvo es el grano en el trasero que se llama Francisco Franco, que no lo quieren en el Valle de los Caídos, ni en la Almudena, ni en ninguna parte. Desean poner una cadena a los sentimientos de los millones de españoles que amamos y defendemos a Francisco Franco y su obra de gobierno, que es sobre la que estamos viviendo todos los actuales ciudadanos españoles, incluidos los socialistas, ciegos de odio y resentimiento a quien les ganó la guerra civil con un par de átomos bien colocados en su sitio.
Tras pasear sus pies por Roma, creyó que la diplomacia vaticana es la postura bananera caribeña que el actual gobierno actúa con todo y con todos.
Como no encontró una respuesta satisfactoria a qué hacer con el fantasma de Franco, que no los deja dormir, la señora Calvo ha mentido por toda su boca concluyendo de su visita lo que no consiguió.
A semejante embuste la oficina de prensa vaticana ha emitido una Nota dejando a la señora Calvo a la altura del betún de los zapatos.
El fantasmal Franco seguirá paseando por las camas de los socialistas y comunistas hispanos, les tirará de los pies, se asustarán y se cagarán como siempre hicieron cuando vivía el anterior Jefe del Estado. Ante quien nadie de estos "valientes" osó toserle. Porque sus papás eran enchufados de las tetas de un gobierno que puso a España en la pista de obtener una democracia, que éstos niños de cuna franquista, están y van a tirar por un barranco irrecuperable.
¿Le gusta, profesor Tirapu?.
Tomás de la Torre Lendínez
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