Nunca se ponía el sol en el imperio español. Esa era la máxima que circulaba por todo el orbe, tanto que levantó la envidia de países tan especiales como los anglosajones, inventores de la leyenda negra, que tanto daño ha hecho a nuestra historia.
Cuando termina el día de la Hispanidad deseo recordar que nada ni nadie podrá destruir la misión evangelizadora que España hizo por todo el mundo, a pesar de la indigencia mental que hoy ejercen los directivos de un gobierno plagado de copistas, plagiadores y analfabetos.
Dios salve a España de sus políticos y nos conceda paz y felicidad para celebrar muchos años de la Hispanidad cada 12 de octubre.
Tomás de la Torre Lendínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario